… Angustiado, con un nudo en las tripas y enloquecido por las voces en su cabeza decidió paralizar su existencia… por tres años se canso de esperar que algo sucediera. Entonces pensó en no dejar que la vida pase por delante de sus ojos sin sentido y decidió hacerlo el mismo, con sus propias manos, con todas sus fuerzas.
Era el momento, era su momento y se jugó todo en ello.
Fue ahí cuando dejó de disimular.
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